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AMPLIACIÓN MUSEO DE LA CIUDAD
MCM+A taller de arquitectura - Yadhira Álvarez Castellanos, Pablo Moreira Viteri, Natalia Corral Fierro, Rubén Moreira, Milton Chávez
ANALIZADO POR: JÉSSICA ANGOS, ADRIS CHISAGUANO, ROLANDO MORALES Y ALEX YAUQUI

ANÁLISIS GRÁFICO

EL “MUSEO” 24 DE MAYO
Por Jéssica Angos

El Museo de la Ciudad de Quito, ha sido uno de los proyectos arquitectónicos e históricos más representativos del centro de la ciudad por su transcendencia a lo largo del tiempo; ha proporcionado sus espacios y recorridos para el funcionamiento del Antiguo Hospital San Juan de Dios desde 1565 hasta 1974 y posteriormente fue rehabilitado por la Empresa del Centro Histórico y el FONSAL para poner en marcha un equipamiento cultural que relate la historia y las prácticas socioculturales de Quito. (Fundación Museos de la Ciudad s.f.). Al estar ubicado entre las calles García Moreno y Rocafuerte consigue relacionarse espacialmente con otros hitos históricos como son: La Iglesia del Carmen Alto, el Arco de la Reina, la calle La Ronda, La iglesia de Santo Domingo, el Palacio de Carondelet, entre otras. (Imagen 1).

 

Esta relación entre elementos culturales, cuentan historias sobre los cambios que ha tenido el centro de la ciudad de Quito a través del tiempo. A la vez, el Museo de la Ciudad, y en específico su ampliación, deciden “voltear la mirada” y observar a uno de los espacios urbanos que también representa un hito de la sociedad Quiteña y que ha permanecido en el olvido por mucho tiempo: la Avenida 24 de Mayo. Es por esto que el presente ensayo crítico pretende analizar el impacto que ha tenido esta intervención en relación a su contexto urbano.  

Para empezar, es importante regresar un siglo atrás para conocer la historia de una de las avenidas más tradicionales de Quito y así comprender su importancia y la necesidad de integrarla con los otros hitos; En 1922, sobre la antigua quebrada de Ullaguangayacu, se inauguró la Avenida 24 de Mayo, cuyo nombre se le otorga por motivo del centenario de la Batalla de Pichincha. Desde entonces esta avenida ha pasado por varias ocupaciones, intervenciones, rehabilitaciones y desalojos a lo largo del tiempo.  

 

Con el paso de los años, la avenida empezó a ser ocupada por varios comerciantes informales que ofrecían productos varios como: medicamentos, pomadas, artesanías, etc; o la prestación de sus servicios como: carpinteros, cargadores, fotógrafos, trabajadores ambulantes, entre otros. (Imagen 2) Mientras transcurría el día y llegaba la noche, la Av. 24 de Mayo empezaba a tornarse más insegura y libertina con la presencia de vendedores de sustancias ilícitas y la ocupación de trabajadoras sexuales en cada esquina. (Rubio Emerson 2021)​ 

Esto llevo a que, en 1981, el municipio de la ciudad decidiera tomar cartas en el asunto y velar por la “apariencia” que estaba tomando esta avenida, por lo que se optó por reubicar a todos los comerciantes en el nuevo mercado de San Roque. (Imagen 3). Este desalojo con motivo de “reactivar un espacio histórico” trajo consigo un cambio abrupto en la zona, pues al no poseer la actividad comercial latente, la mayoría de personas tuvo que abandonar el lugar y buscar nuevas alternativas con las que debían sobrevivir, puesto que aquella propuesta de reubicación también tuvo sus falencias e intereses institucionales. (Herrera 2021) (Imagen 4 y 5) 

Desde entonces la Avenida 24 de Mayo permaneció como un espacio abierto pero vacío; a esto se suma la poca integración que tenía desde entonces con los hitos históricos antes mencionados, puesto que a pesar de encontrarse espacialmente muy cercana a sitios culturales como La Ronda, el Museo de la Ciudad y la Iglesia del Carmen Alto, no existía una relación visual que integrara a un Boulevard tan histórico con estos.  

No fue sino hasta el año 2014 donde la intervención arquitectónica y urbana del Museo de la Ciudad, llevada a cabo por parte de varios arquitectos entre ellos: Yadhira Álvarez, Pablo Moreira, Natalia Corral, Rubén Moreira y Milton Chávez, plantearon una propuesta que permitió integrar el Boulevard 24 de Mayo con el museo por medio de un equipamiento cultural-comercial que posee conexiones materiales y visuales, con el contexto urbano de la manzana y sobre todo con la plataforma pública.   

Desde la materialidad utilizada hasta los elementos compositivos, logran establecer una permeabilidad que antes no existía, desde el espacio urbano hasta el interior del espacio arquitectónico y viceversa. Esto se lo logra observar claramente en la decisión del uso del vidrio en las fachadas de piso a techo que permite tener una visualización amplia de todo el contexto que rodea al objeto arquitectónico (Imagen 6). También, la decisión de involucrar un equipamiento comercial, como lo es actualmente la Cafetería “Mallki Café”, permite reactivar una vez más la zona a horas de la tarde y noche, invitando a una ocupación del Boulevard como plaza o parqueadero por parte de sus clientes. Sin dejar atrás el aporte cultural que deja en cada visitante las exposiciones temporales realizadas por parte del museo, lo que permite reavivar esa memoria tradicional de nuestra ciudad, llamando a una pausa y reflexión sobre nuestra historia como quiteños y de nuestra ciudad como hogar. 

Como resultado de esta intervención, se ha podido observar una intención de vivificar no solo el Museo de la Ciudad con un bloque nuevo, sino también del uso y ocupación activa del Boulevard 24 de Mayo, permitiendo que no solo el elemento arquitectónico voltee hacia el sur, sino que el mismo usuario se permita dar una mirada hacia estos hitos imponentes. Por ello, la ampliación y el nuevo ingreso del museo representan un punto importante para la articulación de estos dos bienes patrimoniales: por un lado, un objeto arquitectónico sólido y robusto, y por el otro, un elemento urbano y abierto. Por consiguiente, el contexto de <museo> no queda encerrado tras los muros de piedra del Museo de la Ciudad, sino que, gracias al nuevo bloque acristalado, el museo se expande hacia la plaza, invitando al usuario a no solo visualizar, por medio de exposiciones, estas historias de prácticas socioculturales sino a palparlas propiamente desde un campo completamente abierto: la plaza, donde se viven estas experiencias y riquezas culturales permanentemente.  

Bibliografía

​«Dirección de Mercados "Informe".» Archivo Metropolitano de Historia de Quito, 1981. 

El Telégrafo. «La 24 de Mayo pasó de quebrada y límite de la ciudad a zona regenerada, en 90 años.» 17 de Mayo de 2015. 

elcofresito. Historia de la avenida 24 de Mayo, Quito, Ecuador. 30 de Septiembre de 2017. https://elcofresito.blogspot.com/2017/09/historia-de-la-avenida-24-de-mayo-quito.html?m=1. 

Fundación Museos de la Ciudad. s.f. https://fundacionmuseosquito.gob.ec/museo-de-la-ciudad/ (último acceso: marzo de 2022). 

Herrera, Josselyn. «Lo que queda a lápiz.» Catálogo Premio Brasil 2019. 2021. 

Rubio Emerson. «La avenida 24 de Mayo: un paseo del miedo al placer.» Expreso, 24 de Septiembre de 2021. 

Vizuete Victor. «La avenida 24 de mayo, un bulevar con una vida de luces y sombras en Quito.» El Comercio, 23 de Mayo de 2021. 

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