El MACCO, Museo Arqueológico y Centro Cultural Orellana, fue inaugurado el 30 de abril de 2015, se encuentra emplazada en el Malecón del Coca, Puerto Francisco de Orellana, la cual es una caótica y creciente urbe, localizada al norte de la Región amazónica del Ecuador, entre los ríos Napo, Coca y Payamino, a una altitud de 255 msnm y con un clima lluvioso tropical de 28 °C en promedio.  

 

Según el censo del 2010, Francisco de Orellana tenía una población de 40 730 habitantes, lo que la convierte en la segunda urbe más grande de la región, su crecimiento se debe en gran medida al dinero e infraestructura que ha dejado la extracción petrolera por estos lares, cabe aclarar que la ciudad cuenta con una milenaria y rica identidad cultural.  

 

El Museo Arqueológico y Centro Cultural Orellana fue diseñado por MCM+A Taller de Arquitectura y es el primero de esta especialidad en la región amazónica. La obra representa el corazón de la memoria histórica de Francisco de Orellana y busca ser un lugar de conservación del patrimonio histórico amazónico, además de fomentar espacios de encuentro a través de las artes.   

 

 

El proyecto genera una integración de los habitantes con el edificio mediante una secuencia de espacios abiertos, semi abiertos y cubiertos. Los cuales se van articulando unos a otros a través de una serie de circulaciones que se concreta mediante una planta baja libre y transparente. El primer nivel en planta baja se enlaza con una rampa peatonal semi abierta y que va guiando verticalmente al visitante hacia los espacios museográficos, salas de exposiciones y finalmente la biblioteca.  

  

Se mantiene una relación visual con el río Napo, principal actor natural de la ciudad y su entorno inmediato, mediante una conjugación armónica de agua y vegetación que envuelve el punto de encuentro central.   

 

Al entrar nos encontramos con una recepción vidriada de forma elíptica, que contiene el punto de información, librería y venta de souvenirs.  A su alrededor, una pasarela de un entablado de madera conforma el espacio público que sirve para actividades culturales diversas, que cumple, también, la función de ser el espacio urbano que recibe a los peatones y hace las veces de nexo con el auditorio.  

  

En el centro de la composición, elevado sobre pilotes de la planta baja, se ha anidado el museo, un volumen prismático, recubierto de madera, cuya función es la de contener y exponer las piezas arqueológicas. A su alrededor, encerrándolo y separándolo al mismo tiempo, se implantan tres bloques funcionalmente diferentes, pero complementarios entre sí que, que forman uno solo y de menor altura que el central.  

 

En cuanto a su historia, la construcción de un museo fue percibida a partir de un proyecto arqueológico que tiene sus orígenes en la labor de la Misión Capuchina de Aguarico que en los años setenta, que creó el Centro de Investigaciones Culturales de la Amazonía Ecuatoriana, CICAME.  Pero la obra del MACCO empezó a pensarse hace apenas dos décadas luego de realizarse una exposición en Quito en 1999 bajo el nombre de ‘’Rostros de la Luna’’.  

  

Con esto el CICAME dejaba ver la importancia de la cerámica hallada en las riberas del río Napo y   daba a conocer al mundo un grupo humano extinto y que no se hallaba en los textos de historia oficial: Los Omaguas. Es así como nació la imperativa necesidad de darle un lugar de exposición permanente a estas muestras de nuestra selva culta y los derechos de los pueblos que la habitan.  

  

‘‘Varios arquitectos quiteños esbozaron los primeros trazos y mantuvieron charlas de cómo sería “El Guggenheim del Coca”’’ (Aguirre, 2015). Pero los interesados no lograban el financiamiento e interés requeridos. Primero se hizo el auditorio en el 2010 y a partir de un proyecto presentado por el GAD Municipal de Orellana, con el apoyo del Vicariato de Aguarico y de la Fundación LABAKA, al Banco del Estado, correspondiente al 12 por ciento de las rentas petroleras, finalmente pudieron concretarse los recursos para el edificio principal, diseñado por los arquitectos de MCM+A Taller de Arquitectura, y obras complementarias que incluía una obra de regeneración urbana además de arreglos en el malecón de la ciudad.  

  

El factor climático fue una de las principales componentes a ser solventada por los diseñadores, por lo tanto, el edificio fue pensado para ser un auto generador de brisas provenientes del río Napo. Mismas que recorren entre los bloques amortiguando el fuerte calor tropical y refrescando los espacios abiertos y semi abiertos de circulación. El proyecto mantiene una relación visual con el río, principal actor natural de la ciudad y su entorno inmediato, esto lo podemos evidenciar en sus balcones orientados hacia el mismo y su planta libre que direcciona a los usuarios del malecón.  

  

El manejo de las visuales y el paisajismo en el MACCO da la sensación a los visitantes de internarse en la selva, el recorrido desde que inicia en la rampa de acceso nos indica que estamos a punto de dejar la ciudad para internarnos en la selva amazónica, para ser más exactos nos introduce al mundo de los Omaguas, conocidos en el pasado como los piratas del Río Napo. 

​

Los diseñadores lograron implantar una obra inspirada en el brutalismo en el contexto de una ciudad amazónica junto a un gran afluente pluvial como lo es el río Napo, al ubicarse como remate del malecón busca convertirse en un articulador de actividades así como un espacio comunitario.  

 

Este estilo con hormigón visto y acero corten se conjuga con el uso de la madera tanto en pasarelas como el volumen central forrado de este material. La bondad de estos materiales vistos permite que su composición no desentone del entorno inmediato más allá de monumentalidad.   

  

Actualmente el MACCO es un espacio cultural que trabaja en el rescate de la historia prehispánica y con ello también busca empoderar a las personas con su identidad amazónica, en este museo reposa la colección rostros de Luna, una colección de piezas arqueológicas pertenecientes a la cultura Omagua. Además, se ha consolidado como el dinamizador cultural y artístico de la región, para esto brinda una agenda variada de actividades culturales y artísticas que ayudan a cumplir este propósito.  

​

Se puede decir que el MACCO es no solo una obra arquitectónica bien lograda e implantada en esta ciudad, sino que también es un espacio cultural de integración y empoderamiento de todos los ciudadanos de la región amazónica. Esto es un paso muy importante hacia el desarrollo de estos pueblos y el camino que deberían seguir todas las ciudades petroleras ante un eventual futuro sin este recurso no renovable.  

​

Bibliografía

​

Fundación Wikimedia.Inc. (2021). Puerto Francisco de Orellana. Ecuador: Wikipedia. Recuperado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Puerto_Francisco_de_Orellana 

   

MACCO E.P. (2015). Información del MACCO. Francisco de Orellana, Ecuador: Facebook. Recuperado de: https://www.facebook.com/MACCO.EP/about/?ref=page_internal  

  

MACCO E.P. (Productor) (2019). Presentación MACCO (Video de Youtube)   

De: https://www.youtube.com/watch?v=2aG34x6Giig  

  

Vintimilla, J. (2018). ‘Macco’. Quito, Ecuador: Lo más importante El Diario de los Diarios.  
Recuperado de: http://lomasimportante.com.ec/2018/08/31/macco/  

  

Aguirre, M. (2015). MACCO, un tesoro en la Amazonía. Quito, Ecuador: Plan V, Sociedad.  

Recuperado de:https://www.planv.com.ec/historias/sociedad/macco-un-tesoro-la-amazonia  

  

Aguirre, M. (2015). MACCO Museo Arqueológico y Centro Cultural de Orellana. Quito, Ecuador: Museodata. Recuperado de: https://museodata.com/64-museos/ecuador/552-macco-museo-arqueologico-y-centro-cultural-de-orellana.html#:~:text=Un%20proyecto%20que%20tiene%20sus,con%20tres%20pisos%20de%20exposici%C3%B3n.  

  

Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito. (2020). MUSEO ARQUEOLÓGICO Y CENTRO CULTURAL DE ORELLANA. Quito, Ecuador: Archivo BAQ. Recuperado de: http://www.arquitecturapanamericana.com/museo-arqueologico-y-centro-cultural-de-orellana/